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Jerónima de Burgos y Pedro de Valdés:

biografía de un matrimonio de representantes en la España del Seiscientos*

 

 

ALEJANDRO GADEA

UNIVERSITAT DE VALÈNCIA

 

MIMMA DE SALVO

UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI ROMA “LA SAPIENZA”

© 2008 Midesa s.r.l.

 

 

Para determinar la actividad teatral de un actor de principios del siglo XVII debemos recurrir a toda la documentación que de él conservamos, que habitualmente es fragmentaria. El tratamiento exhaustivo de las fuentes documentales para la historia de la representación en España, que facilita enormemente la visión de conjunto sobre los actores y sus familias, sobre las compañías y sus itinerarios, sobre las temporadas teatrales y sus representaciones, nos permite paliar en gran medida algunos de estos vacíos, demostrando en más de una ocasión que la ausencia de noticias no corresponde necesariamente a un distanciamiento de las tablas de los actores, a una falta de actividad teatral, sino a una evidente pérdida de información. De esta forma, cualquier documento, aunque no tenga relación directa con el mundo de la representación o con un actor determinado, puede ser útil para intentar cubrir las lagunas que ha producido el paso del tiempo.[1] Algunos documentos privados, o aparentemente carentes de interés para la historia de la representación, sirven, por ejemplo, para probar la localización de los actores en un determinado momento y establecer sus vinculaciones con las compañías de aquel entonces.

Será frecuente, por tanto, que muchos de los datos que aportemos en este trabajo sean deducciones, sugerencias o reconstrucciones a partir de una documentación siempre incompleta, susceptibles de ser revisados o completados a la luz de los documentos que se vayan exhumando. Por otro lado, la marginación que sufren las mujeres en la sociedad de la época se refleja indirectamente en los documentos, cuyas fórmulas legales eclipsan con frecuencia el rol exacto que desempeñaba una actriz casada dentro de la compañía, de la que también formaba parte su marido, como actor o como autor.[2]

Es por ello que, para completar los datos que nos faltan de Jerónima de Burgos, tendremos que recurrir necesariamente a lo que los documentos nos dicen sobre la actividad de su marido, Pedro de Valdés. Afortunadamente, la información sobre la actividad de los autores de comedias, como empresarios teatrales, nos ha llegado mucho más completa que la de la mayoría de los actores y, en concreto, Pedro de Valdés ha dejado tras de sí gran cantidad de documentos que nos permitirán, al mismo tiempo que definimos su actividad como autor, fijar con mayor exactitud la verdadera dimensión de la figura de Jerónima de Burgos que, junto con su marido, desplegó toda una estrategia dirigida a favorecer el negocio familiar.

 

Jerónima de Burgos, según González de Amezúa, nació en Valladolid alrededor de 1580. Sobre la fecha de su nacimiento, en realidad, no se sabe nada, y cualquier fecha que se proponga será aproximativa, producto de las deducciones a las que nos pueden llevar el conjunto de noticias que conservamos sobre Jerónima y su marido. Sabemos, sin embargo, cuándo nació Pedro de Valdés: en 1596 tenía veintiocho años, por lo que debemos datar su nacimiento en 1568. La primera noticia que tenemos de ellos es del 13 de marzo de 1594, cuando Valdés, con veintiséis años y ya casado con Jerónima, se asentaba junto con su mujer para representar los papeles que se les asignaran durante un año, desde ese día hasta el día de Carnaval del año siguiente, para ayudar “a los teatros” en la compañía de Alonso de Cisneros, “por todo lo cual él y su mujer percibirán diez reales”.[3] Si damos por válida la deducción de Amezúa, Jerónima de Burgos tendría en ese momento unos catorce años.[4]

No sabemos tampoco con seguridad si nació en Valladolid. Es verdad que existe un gran número de documentos en los que Jerónima aparece como vecina de Valladolid, incluso sabemos que tenía casas en dicha ciudad; pero ser vecina de una localidad no implica necesariamente ser natural del lugar. Por otra parte, Lope nos aporta un testimonio sobre su origen en una de sus cartas, cuando nos dice que el representante Salvador de Ochoa difamaba públicamente a Jerónima “llamándola los nombres que la ennoblecieron desde que pregona bizcochos en Valladolid”. En esta referencia de Lope se ha querido ver que Jerónima de Burgos no procedía de una familia de representantes. Si repasamos la nómina de actores de los siglos XVI y XVII, es cierto que el apellido de Burgos prácticamente no aparece. Amezúa sospecha que Jerónima pudo entrar en esta profesión desde niña, acogiéndose a la costumbre de ciertos padres que, sin ser cómicos, entregaban a sus hijos a los representantes. De la chanza sobre la actriz que vierte Lope en su epistolario, Amezúa deduce que quizás fuera hija de un pastelero.

Como hemos dicho antes, la primera noticia que tenemos de Jerónima de Burgos debe retrotraerse a 1594, cuando entra con su marido en la agrupación de Alonso de Cisneros y en la que debió permanecer, como mínimo, hasta principios de 1595, tal y como establecía el acuerdo. Después de esta fecha, no han aparecido documentos que demuestren la continuidad del matrimonio en la agrupación de Cisneros. En algún momento de 1595, Pedro de Valdés y Jerónima abandonaron la compañía de este autor para entrar en la de Jerónimo Velázquez. Esto pudo ocurrir en Carnaval de 1595, al finalizar el contrato del matrimonio con Cisneros. A finales de octubre o principios de noviembre de 1595, Jerónimo Velázquez pasó por Ciudad Rodrigo camino de Lisboa, para permanecer en el Patio de las Arcas hasta Carnestolendas de 1596 y, desde Lisboa, saliendo por Badajoz, se dirigió a Toledo para representar en el Corpus. Sabemos que Valdés “se halló presente al registro” del hato que se realizó en Ciudad Rodrigo a finales de 1595, por lo que podemos deducir que, junto con Jerónima de Burgos, representó en Lisboa por esas fechas y, meses después, aún en la compañía de Velázquez, representó durante las fiestas de Corpus de Toledo de 1596.[5]

El 6 de mayo de 1596, Pedro de Valdés, residente en Toledo, seguía perteneciendo a la compañía de Velázquez, y resulta muy probable que el matrimonio saliera de la ciudad el viernes 14 de junio en los cuatro carros y ocho mulas que Velázquez alquiló para cargar toda la ropa y transportarla junto con los miembros de su compañía a Santa Olalla, “donde tienen que hacer cierta representación”, que de allí fueran a la Puebla de Montalbán, y desde allí a Talavera, donde “se han de celebrar por ellos cierta fiesta”. Conservamos un documento, fechado en Madrid el 20 de diciembre de 1596, por el que Valdés, representante, otorgaba poder a un mercader para cobrar de Melchor de Villalba cierta cantidad que este autor de comedias le debía, según escritura del 18 de noviembre de ese año, noticia a partir de la cual deduce Rennert que Valdés pertenecía a la agrupación de Villalba, aunque el documento no lo explicita.[6]

No sabemos durante cuánto tiempo Pedro y Jerónima permanecieron en la compañía de Velázquez, ni siquiera si estuvieron en la de Melchor de Villalba, con quien hemos visto aparecen relacionados, pues no se ha conservado documentación entre 1596 y 1602. En todo caso, Pedro de Valdés llega a ser autor de comedias en esos años, y como tal aparece en varios documentos de 1602. El 6 de junio de ese año, Valdés y Nicolás de los Ríos, autores de comedias, representaron en Valladolid los autos del Corpus, junto con la compañía de Antonio de Villegas, ciudad en donde permanecieron hasta, por lo menos, el 10 de julio, como lo atestiguan varios documentos.

Podemos suponer que la relación de Valdés con Nicolás de los Ríos se inició a principios de 1602, en el período en que solían formarse las compañías, y que duró hasta principios de 1603, aunque tampoco se puede descartar que Valdés y Ríos ya estuvieran juntos en 1601. Dejando a un lado esta posibilidad, Pedro de Valdés y Jerónima debieron de participar en la representación del entremés Las danzas de las aldeas y del auto de El registro, por los que Nicolás de los Ríos fue premiado en las fiestas de Corpus de Valladolid de 1602.

El 18 de enero de 1603, Pedro de Valdés asienta compañía en Toledo con el famoso autor de comedias Antonio Granados, “en el trato de representaciones, a pérdida e ganancia”, por el tiempo de dos años, desde el día de Carnaval de ese año hasta el de1605. La asociación de autores de comedias en ese momento se justifica por la provisión real, fechada en Valladolid el 26 de abril de 1603, en la que se dispuso reducir a ocho el número de los autores de título en España, siendo nombrados como tales Antonio Granados, Gaspar de Porres, Nicolás de los Ríos, Baltasar de Pinedo, Melchor de León, Diego López de Alcaraz, Antonio de Villegas y Juan de Morales. Aunque la provisión no se hizo pública hasta esa fecha, todo apunta a que era conocida por los autores de comedias con cierta antelación, lo que explicaría que en una de las cláusulas de la escritura por la que Valdés se asocia con Granados, éste aparezca ya como autor de título. Un caso similar sería el del autor de comedias Pedro de Morales, que en esas mismas fechas tuvo que asociarse con el autor Juan de Morales Medrano.  

Entre las condiciones que aparecen en esta escritura destacan algunas en las que se menciona directamente a Jerónima de Burgos. Se establece, por ejemplo, que “en la dicha compañía a de andar Gerónima de Burgos, su muger del dicho Pedro de Valdés, representando en todas las cosas e partes que se le ordenare, y por ello se le a de dar tres reales para su ración cada día y nueve reales de cada representación”.[7] En otra cláusula, Pedro de Valdés “se obliga a que él y la dicha Gerónima de Burgos, su muger, de mancomún, darán poder al dicho Antonio de Granados para obligallos a qualesquier fiestas en las partes y por el precio que quisiere y con qualesquier penas e obligaciones a lo qual quedan ser conpelidos”. Finalmente encontramos otra en la que “la dicha Gerónima de Burgos, su muger, con su licencia dentro de veinte días primero siguientes, ratificará y aprobará esta escritura e se obligará a el cunplimiento de todo lo en ella contenido, a lo qual le puedan conpeler e apremiar por todo rigor de derecho”.

A partir de esta cláusula, Amezúa interpreta que Jerónima de Burgos llevaba “el timón” de aquel matrimonio, y que Granados mostraba cierta desconfianza hacia ella, aunque nos resulta curiosa la interpretación que el investigador hace de una cláusula tan común en las escrituras de matrimonios de representantes en las que con frecuencia sólo aparecía el marido, quien solía comprometerse a que su mujer ratificara posteriormente lo acordado. Un buen ejemplo del uso frecuente de esta cláusula lo tenemos en la escritura del 22 de febrero de 1603 por la que Juan de Arguello y su mujer, María Gutiérrez, se obligaban a asistir en la agrupación de Antonio Granados durante un año, justo en la misma agrupación y durante el mismo período que Jerónima de Burgos.

Como hemos dicho, Antonio Granados resultaba ser autor de título de la compañía, lo que explica que en la mayor parte de las escrituras de esta agrupación sólo aparezca su nombre. Esto nos induce a pensar también que Pedro de Valdés y Jerónima de Burgos participaron en las representaciones de esta agrupación durante, al menos, estos dos años.

Al nacer la compañía, Granados aportaba, entre otras cosas, un repertorio de comedias nuevas formado por El cuerdo loco, Los esclavos libres, El príncipe despeñado, de Lope de Vega, El español de más fuerzas, de Damián Salustio del Poyo, y Roldán casado, de Alonso Ramón. Las comedias nuevas que comprarían Granados y Valdés a partir de ese momento se guardarían bajo llave en la caja, junto al dinero ganado en las representaciones.[8] De hecho, el 21 de enero de ese año, el repertorio de la recién creada compañía se enriqueció con otras catorce comedias más que Alonso de Heredia vendió a Pedro de Valdés: El rey Alfonso, El milagro de amor y La bella poeta, de Mira de Amescua; La fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, El rey por su ingenio y El señor don Juan de Austria en Flandes, de Alonso Ramón; Don Tomás de Villanueva y las comedias nuevas La humildad ensalzada y El engaño descubierto, de Luis Mejía de la Cerda; El enemigo obligado, de Jusepe Díaz, Las guerras contra sí mismo, Los Osorios, El Bruto ateniense y La casada por gusto. Tendremos que seguir las huellas de la agrupación de Granados, sus compromisos durante esos dos años, pues suponemos que Jerónima y su marido representaron todas las comedias del repertorio y respetaron todos los compromisos que afectaban a la compañía.

Así, sabemos por una obligación fechada en Toledo el 22 de marzo de 1603, que la agrupación tenía que representar ese año las fiestas del Corpus en dicha ciudad, y por otra escritura, fechada en Madrid el 9 de agosto, que se comprometía a ir a Villaseca de la Sagra para representar dos comedias, una por la mañana y otra por la tarde, el día de san Roque. Desde el 9 de septiembre hasta finales de noviembre la agrupación representó en Valencia, y en Zaragoza a finales de año.[9] La compañía pudo representar en Alcalá de Henares antes del 26 de marzo de 1604, y después de esa fecha, no sabemos durante cuanto tiempo, en Valladolid. De hecho, los manuscritos autógrafos de El cuerdo loco y El cordobés valeroso Pedro Carbonero contienen licencias, fechadas en Valladolid el 5 y 13 de julio respectivamente, autorizando su representación a Granados.[10]

No debió de prolongarse más allá de principios de 1605 la relación entre Antonio Granados y Pedro de Valdés. En enero de ese año, vemos a Granados en Toledo disponiéndolo todo para el inminente viaje de su compañía a Sevilla, que permaneció en Andalucía el resto del año. Pedro de Valdés y Jerónima de Burgos, una vez acabado su compromiso con Granados, debieron de marcharse de la compañía. Prueba de ello es que el 21 de junio de 1605, mientras Granados estaba en Sevilla representado los autos, Pedro de Valdés defendía los intereses de Nicolás de los Ríos en Valladolid. Esto nos hace suponer que Jerónima de Burgos y su marido, al salir de la agrupación de Granados, entraron en la de Nicolás de los Ríos.

Existe un testimonio que atestigua la presencia de Jerónima de Burgos representando en Valladolid por agosto. Bartolomé Pinheiro da Veiga nos cuenta un lance provocado por los celos entre el Conde de Villamediana y la Marquesa del Valle, en el que aparece involucrada Jerónima, que a la sazón representaba en la Casa de las Comedias de la ciudad. Precisamente, el 3 de agosto consta un asiento en las cuentas del duque de Lerma de 10.200 maravedíes pagados al autor Nicolás de los Ríos por “libranza de su Excelencia de 4 de julio por una comedia que representó”. Si esto fuera cierto, aunque no sabemos en qué momento Jerónima y su cónyuge se asentaron en la compañía de Nicolás de los Ríos, creemos que el matrimonio pudo estar en Lisboa con esa compañía en abril, en Badajoz en mayo y en Valladolid después de la octava del Corpus, y allí, en la Huerta del duque de Lerma, ante el embajador inglés, representaron El caballero de Illescas.

Tampoco sabemos hasta cuándo estuvo el matrimonio con Nicolás de los Ríos, pero es probable que representaran con él en Salamanca, desde el 6 de diciembre de 1605 hasta el 2 de enero de 1606, las siguientes comedias: La noche toledana, El remedio en la desdicha, Los hechos de García de Paredes, Los cautivos de Argel y La bella malmaridada, todas ellas de Lope de Vega, y además El veneciano piadoso, Las damas engañadas, El corsario de su dama, Las reinas encontradas en día de…, El trato de Salamanca, El disparate de amor, El soldado a merced, El desengaño dichoso, La cartuja, La satisfacción amorosa, El cerco de Lisboa y El Conde Alarcos.

Desde ese momento, no volvemos a tener noticias de Jerónima o de su marido hasta febrero de 1607. Gracias a una partida de bautismo, conservada en la parroquia de San Sebastián de Madrid, sabemos que 7 de febrero fue bautizado en esta iglesia un hijo de Lope de Vega Carpio y de Micaela de Luján, Lope Félix, nacido en enero de ese mismo año. En esta partida de bautismo consta que los padrinos fueron Jerónima de Burgos y D. Hurtado de Mendoza. Aunque no tengamos pruebas de que Jerónima de Burgos y Lope de Vega fuesen amantes en estas fechas, Amezúa sitúa los “episodios eróticos de relaciones amorosas” del Fénix con Jerónima de Burgos entre los años 1607 y 1608 al interpretar esta partida de bautismo como una prueba de la estrecha amistad que los unía.[11]

El 12 de julio de 1607, Pedro de Valdés y Jerónima de Burgos asentaron compañía “a pérdidas y ganancias” en Valladolid con el autor de comedias Alonso de Heredia y su mujer, María de Rojas, hasta Carnaval de 1608. Valdés gobernaría la compañía, sin representar en ella, y Jerónima no tendría que asistir en la agrupación “salvo cuando faltare Pedro de Valdés”. La cláusula que contiene esta escritura, en la que se excluye implícitamente a Jerónima de Burgos de las tareas interpretativas, nos hace pensar que era una actriz más vinculada a los aspectos empresariales de la compañía, junto a su marido, que a la pura representación.

Unas cuantas obligaciones, fechadas en Valladolid entre el 10 y el 24 de julio de 1606, demuestran que la relación profesional entre Valdés y Heredia se remonta al año anterior, seguramente cuando Jerónima y Pedro dejaron la compañía de Nicolás de los Ríos. Además, hemos detectado interesantes huellas que confirman la vinculación de Valdés a la agrupación de Heredia en 1606, como es la presencia en su repertorio de ese año, comedias que perfectamente podían pertenecer a Valdés. El príncipe despeñado, de Lope de Vega, era del repertorio de la compañía de Antonio Granados cuando se asoció con Valdés en 1603. Una de las cláusulas del acuerdo que establecieron, determinaba que, al deshacerse la compañía, Granados y Valdés se llevarían copia de todas las comedias originales que tuvieran, de tal manera que cada uno tuviera las mismas.

Si esto sucedía con El príncipe despeñado, lo mismo debió de ocurrir con La bella malmaridada, una comedia que estaba en el repertorio de la compañía de Nicolás de los Ríos a principios de 1606, cuando Valdés todavía formaba parte de ella, y que pasó, en septiembre del mismo año, al repertorio de la agrupación de Heredia.

Si todo esto es cierto, es decir, si Valdés entró a formar parte de la compañía de Heredia en el verano de 1606, y el contrato de julio de 1607 no es más que una renovación de un acuerdo previo ya agotado, debemos suponer que Valdés pudo estar en los mismos lugares en donde estuvo la agrupación de Heredia. No sabemos si Jerónima de Burgos acompañó a su marido, pues en el acuerdo de julio de 1607 quedaba excluida de hecho de la agrupación.

Entre el 12 y el 27 de septiembre de 1606, la compañía de Heredia representó en Valladolid, entre otras comedias, La descendencia de los Borjas, La descendencia de los Reyes de Francia, La bella malmaridada, Las sierras de Peñale, El príncipe despeñado, La bella poeta y/o La hermosura de Fenis, El Rey por su ingenio, La fundación de la Trinidad, El señor Don Juan, Los caballeros, El cerco de Valdepeñas, El maestre de Avis, El galán secreto, El pintor aragonés y El tusón de Inglaterra.

A principios de enero de 1607, esta misma agrupación estuvo en Toledo, de allí se marchó a Segovia, y en abril volvió a Valladolid. En algún momento de 1607, fue contratada para representar en Zamora durante las fiestas del Corpus, y parece que llegó a representar un auto en la Catedral, pero la Ciudad quedó tan descontenta de su actuación que “los expulsó de la ciudad sin consentir que dieran en la plaza la segunda comedia, que ya tenían anunciada”.[12] El 12 de julio, otra vez en Valladolid, se formalizó el acuerdo que antes mencionábamos entre Pedro de Valdés y su mujer, Jerónima de Burgos, y el autor de comedias Alonso de Heredia y su mujer, María de Rojas, cuya duración llegaría hasta Carnaval de 1608. El 27 de marzo de 1608, fecha en la que ya debería haber finalizado ese acuerdo, Jerónima y Pedro, otorgaron, en Toledo, un poder para reclamar cierta cantidad de reales que Jerónima había entregado para alquilar unas mulas.

Esta noticia no debe interpretarse como una prueba del final de la relación de Valdés con la compañía de Heredia, puesto que el 26 de octubre de 1608, un mercader de Valladolid entregó a un vecino de San Lúcar de Barrameda que estaba en Valladolid y actuaba en nombre de Valdés, cuatro cajas de vestidos de representaciones “que son de Alonso de Heredia, autor de comedias”, siguiendo las instrucciones que le había dado Jerónima de Burgos a través de una misiva. En esta noticia se percibe la separación entre Valdés y Jerónima, quien probablemente estaba en Valladolid mientras su marido iba con la compañía de Heredia. Esto es, al fin y al cabo, lo que habían acordado los dos autores y sus respectivas mujeres en julio de 1607. La relación de Pedro de Valdés y Alonso de Heredia, por tanto, debió de prorrogarse un año más. A partir de ese momento, no tenemos otras noticias que nos digan claramente dónde se encontraba el matrimonio.

Reencontramos a Jerónima y a su marido en Sevilla a principios de 1610, cuando el matrimonio formalizó una sociedad con el autor Baltasar de Pinedo y su mujer, Juana de Villalba, para trabajar en los teatros hispalenses desde el Miércoles de Ceniza de ese año hasta Carnaval de 1612. Los cuatro se obligaron a trabajar en todas las representaciones que se hiciesen, poniendo las comedias de sus repertorios, el título y licencia profesional y la ropa, tanto nueva como vieja. Pedro desempeñaba en la compañía un importante papel económico por ser el depositario del caudal de la agrupación, y Pinedo daba el nombre a la agrupación por ser autor de título.

Los cuatro socios permanecieron en Sevilla hasta el 30 marzo, fecha en la que firmaron otra escritura con la que contrataban y despedían a los comediantes de la nueva compañía. La nueva agrupación, así formada, representó en Sevilla los autos para el Corpus, entre los que se encontraba el Nacimiento de San Juan Bautista[13]. A principios de julio, Pinedo firmaba escrituras en Sevilla y podemos suponer que permaneció a su lado toda la compañía, incluidos Jerónima de Burgos y Pedro de Valdés. Aunque por la misma fecha, tanto Agustín de la Granja como Mercedes de los Reyes Peña y Piedad Bolaños Donoso, apuntan la presencia –improbable en nuestra opinión– de Jerónima de Burgos en Lisboa con la agrupación de Alonso Riquelme.[14]

Volvemos a tener noticias de la compañía de Pinedo y Valdés en febrero de 1611 en Madrid, donde Pinedo fue el único autor al que se le permitió “representar de ordinario en un corral él solo”, mientras que los autores encargados del Corpus tuvieron que alternarse en el otro corral.

No podemos asegurar que la compañía permaneciera en Madrid ese verano, a pesar de que exista una referencia indirecta a Jerónima de Burgos en una carta que Lope escribió al duque de Sessa y que Amezúa data entonces. “Yo vengo, aora, Señor, de dar la comedia que acabé para las Gerónimas de Burgos de Palacio”, refería Lope en dicha carta a su mecenas, palabras que Amezúa interpreta como una prueba más de las buenas relaciones que existieron entre la actriz y el dramaturgo, quien acababa de vender una de sus comedias a la agrupación en la que se encontraba Jerónima para que la representaran en Palacio.[15]

Si seguimos las huellas de Pinedo, sabremos que el autor, y con él Jerónima y su marido, estuvieron en Toledo, donde la compañía representó hasta finales de septiembre. De allí la agrupación se desplazó a Valladolid, y su presencia en dicha ciudad queda atestiguada por lo menos hasta noviembre, cuando Pinedo pidió ayuda a la Cofradía de la ciudad al no contar con dinero suficiente para sustituir a los representantes que habían abandonado su compañía. Probablemente, los problemas económicos retuvieron a la agrupación en la ciudad hasta los primeros meses de 1612, tal como lo atestigua la única carta que conservamos de Jerónima de Burgos, fechada en Valladolid el 14 de marzo de 1612.

Hallándose la compañía en la ciudad, y tropezando con algunas dificultades en la obtención de la licencia para representar en ella, Jerónima acude a Diego Sarmiento de Acuña, conde de Gondomar, para que éste interceda ante el Presidente del Consejo de la Cámara y ratifique la que ya le había concedido don Francisco de Contreras, por orden de don Juan de Avellaneda, corregidor de la ciudad. En esa carta, la actriz subraya también la difícil situación económica en la que ella y su marido se encontraban, señalando como sus deudores a Baltasar de Pinedo y Juana de Villalba. Así escribía Jerónima al conde de Gondomar:

 

Confiada en la palabra que V.M. me dio cuando besé sus manos en este lugar me da ánimo para enviar a Valdés para que haga lo mismo y suplique a V.M. nos favorezca con el Señor Presidente para que mi licencia venga sin limitación alguna porque el Señor Don Francisco de Contreras me la dio por orden de don Juan de Avellaneda Corregidor de este lugar y aunque se me hace merced la querría siempre recibir de esas manos que será fuerza por haber alzado el dedo como caballero y, confiada de que V.M. tuvo noticia cuando estuvo aquí de mi seguridad y modo de vivir, me atrevo a ser tan importuna por las necesidades que conté a V.M. por deberme Juana y Pinedo lo poco que me había quedado y ansí fue fuerza no poder eximirme dellos y porque Valdés dará cuenta de lo demás, me quedo aquí rogando a nuestro Señor me guarde a V.M. para que siempre me favorezca y me honre como siempre. Valladolid, 14 de Marzo de 1612. Gerónima de Burgos.[16]

 

A pesar de todo, el matrimonio siguió trabajando con Pinedo más allá del Carnaval de 1612, prorrogando el acuerdo que rubricaron dos años antes. Eso es lo que parece desprenderse de un contrato, fechado en Valladolid el 7 de mayo, por el que Valdés, en nombre de la agrupación de Pinedo, se comprometía a ir a Tuleda el domingo 8 de julio a representar dos comedias, una por la mañana y otra por la tarde, con sus respectivos entremeses y baile. Una vez acabadas las representaciones volverían a Valladolid, desde donde se dirigirían a Cuéllar o Peñafiel. A partir de ese momento, no tenemos ningún documento que nos aporte datos sobre la actividad teatral de Pinedo en los meses siguientes, ni sabemos nada de Valdés y de Jerónima. Debemos suponer, no obstante, que el matrimonio siguió con este autor por lo menos hasta el final de la temporada, es decir, hasta Carnaval de 1613, el período habitual de formación de nuevas compañías.

El primer documento que conservamos de esa nueva temporada muestra a Pedro de Valdés por fin como autor de título, eximido de sus compromisos anteriores con Pinedo u otros autores de comedias. El 24 de marzo de 1613, consta un concierto entre Pedro de Valdés, autor de comedias nombrado por Su Majestad, y el Regidor de la ciudad de Segovia, para que su compañía representara los autos del Corpus de ese año. En la misma escritura se estableció que representaría en Segovia a partir de mediados del mes de mayo y que “desde el dia de pascua de rresureccion deste año no a de entrar rrepresentante ninguno en esta ciudad a rrepresentar asta despues del dia del corpus quatro dias”.

Suponemos que Jerónima acompañó a su cónyuge en esa nueva etapa profesional. De esa manera, siguiendo esta vez las escrituras firmadas por Valdés, sabemos qué ciudades recorrió la actriz. El 10 de abril, Valdés se comprometió a estar con su agrupación en Leganés el 11 de junio, fiesta de San Bernabé, a las seis de la mañana, para representar esa misma mañana dos autos sacramentales y por la tarde una comedia, o dos, una diferente de la otra, una por la mañana y otra por la tarde, con sus bailes y entremeses.

Volvemos a tener noticias de Jerónima y su marido, en septiembre del mismo año, con ocasión de las fiestas segovianas organizadas por del traslado de la imagen de Nuestra Señora de Fuencisla desde Segovia a otra capilla, y presenciadas por el mismo príncipe Felipe. La salida del príncipe comprendía también la visita a Lerma y a Ventosilla, donde iba a presenciar representaciones de comedias. A Lope de Vega le encargaron una de ellas, representada por las propias damas de Palacio, cuyos ensayos, según Amezúa, se hicieron en Madrid probablemente bajo la dirección del mismo Lope y de Valdés, contratado con toda su compañía para los regocijos segovianos.

Las fiestas de Segovia, según cuenta Diego de Colmenares, cronista de la ciudad, comenzaron el jueves 12 de septiembre y duraron ocho días. El viernes 13 “a la tarde, después de solemnes Vísperas, hubo representaciones públicas en un gran teatro en la plaza” probablemente a cargo, según Amezúa, de la agrupación de Valdés “la cual acaso tomaría parte también en las dos máscaras de La descendencia de Nuestra Señora y la de María del Salto, La Judía despeñada, que salieron con gran aparato, por las calles de la ciudad como remate de las fiestas”.

En una carta del 23 de septiembre de ese año, Lope comenta a su mecenas que ha sido huésped de Jerónima en Segovia, lo que confirma la presencia de la actriz en la ciudad.[17]

Por las cartas de Lope, sabemos también que ese mismo día el dramaturgo se desplazó de Segovia a Lerma, y que la estancia en la ciudad se prolongó casi un mes, desde el 24 ó 25 de septiembre hasta el 19 de octubre. Casi todo este tiempo transcurrió en ensayos y preparativos para la comedia del Fénix que tenía que ser representada al aire libre, en el jardín de Ventosilla. Y ese mismo día de octubre la corte se desplazó a Ventosilla, y por una carta de Lope del 21 de este mes sabemos que Jerónima seguía con él.

 Ignoramos si la comedia al final se representó el miércoles 23 de octubre, como anunciaba Lope al duque, o lo impidió el temporal de lluvia que sobrevino. En cualquier caso, por esa misma fecha el dramaturgo regresó a Madrid con el séquito de sirvientes de Palacio. La compañía debió de permanecer en Madrid durante ese mes, como atestigua la licencia que consta en el manuscrito de La dama boba, concedida por Tomás Gracián Dantisco el 30 de octubre de 1613 en Madrid, para que la comedia pudiera representarse. En el mismo manuscrito consta un reparto por el que podemos saber qué actores de la compañía de Valdés representaron la obra.[18] Desconocemos la fecha exacta en que se estrenó, pero el reparto y los contratos de formación de la compañía, nos permiten fijar con bastante aproximación la fecha del estreno de La dama boba.

Pedro de Valdés, autor de comedias de los nombrados por Su Majestad, y Jerónima de Burgos debieron de pasar los meses de enero y febrero de 1614 en Madrid. Entre el final de la Cuaresma y el Corpus, la agrupación de Valdés representó en el Mesón de la Fruta. Precisamente, de mediados de marzo a mediados de mayo, Jerónima alojó en su casa a Lope, quien había acudido a Toledo para obtener la colación para su próxima ordenación sacerdotal. Por las cartas que conservamos del poeta, parece que entonces éste alcahueteó para su mecenas, el duque de Sessa, y la Señora Gerarda o la amiga del buen nombre, apelativo este último con el que Lope llama a Jerónima en la estancia toledana.

No sólo el poeta facilitó el intercambio de cortesías y obsequios entre la actriz y el duque, sino que también pensó en la pareja como padrinos en el bautismo de su hija Feliciana, cuyo nacimiento un año antes había costado la vida de la madre, Juana de Guardo. El bautismo de la niña, previsto para después del Corpus, se celebró finalmente el 16 de junio sin Jerónima, pues los compromisos que contrajo la compañía de Valdés para esas fechas, impidieron seguramente que la actriz se ausentara de Toledo.

Ratifica la presencia de Valdés en Toledo entre la Cuaresma y el Corpus el hecho de que, a finales de abril o principios de mayo, dos alguaciles sacaran de Toledo a Isabel Ana, actriz de la agrupación de Valdés, para sustituir en la compañía de Baltasar de Pinedo, a la actriz María de los Ángeles durante las fiestas del Corpus de Madrid.[19] Además, sabemos que Jerónima representaba en Toledo a mediados de mayo, pues Lope escribe en una de sus cartas que la encuentra “en hauito de labradora, que no se hauia desnudado de aquel su entretenimiento”.

La compañía de Valdés fue la encargada de hacer las fiestas de Corpus de Toledo, “quatro autos e quatro entremeses, dos por la mañana e dos por la tarde, dos sacramentales y dos de historia o martirios de santos”. El día del Corpus, el jueves 29 de mayo, los miembros de la agrupación salieron de Toledo entre las diez y las once de la noche para llegar al día siguiente, viernes, a las siete de la mañana, a Yébenes, donde tenían que representar dos comedias con un entremés en cada una y música y bailes. Entre las diez y las once de la noche de ese viernes, la compañía abandonó Yébenes para llegar al día siguiente, sábado, entre la una y las dos de la tarde, a Colmenar de Oreja. Allí tenía que representar esa tarde una comedia a lo humano, y el domingo 1 de junio una comedia a lo divino por la mañana, y otra a lo humano por la tarde, cada una con su entremés y dos bailes. Entre las once y las doce de la noche del domingo, la agrupación se marchó de la ciudad y llegó al día siguiente, lunes, entre las siete y las ocho de la mañana, a Esquivias. Aquí Pedro de Valdés se había obligado a representar dos autos con dos entremeses y una comedia con otros dos entremeses, bailes y música.

Al día siguiente, el martes 3 de junio, a las siete de la mañana, la compañía se fue a Illescas, donde debía llegar a las nueve o las diez de la mañana. No sabemos qué representaron en Illescas, donde estuvieron hasta la media noche del miércoles. El jueves 5 de junio, día de la octava del Corpus, la agrupación regresó a tiempo a Toledo para representar dos autos y dos entremeses.[20] El viernes 6 de junio, volvió a representar en el Mesón de la Fruta en donde tenía que hacer dieciséis representaciones en dieciséis días, incluyendo los seis autos de la fiesta del Corpus y octava, y tres comedias, El vellocino de oro, La humildad y la soberbia y Los enredos de Laura. A finales de junio o principios de julio esta misma compañía representó cinco comedias con sus entremeses, músicas y bailes en Barco de Ávila, durante la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y en septiembre la podemos localizar en Madrid. A mediados de octubre representó en las fiestas de la Madre Teresa en Alba de Tormes, y después probablemente también en Salamanca. También estuvo en Valladolid, donde el 5 de noviembre Luis Quiñones e Isabel de Velasco, dos de los miembros de la compañía, se velaron en la parroquia de San Lorenzo de Valladolid.

Desde el 15 de enero, aproximadamente, hasta el día de Carnaval de 1615, Pedro de Valdés representó sin interrupción en el Mesón de la Fruta de Toledo. En esas fechas el autor debía representar fundamentalmente las comedias nuevas El hijo del diablo, Cual el tiempo tan el tiento, Hacer bien sin ver a quien, Don Pedro Miago, Las montañesas de Asturias, Todo es fácil a quien ama y Cuando acá nos vino,[21] obras que ya incluía el autor en su repertorio en octubre de 1614. Además de estas comedias, a principios de 1615 el repertorio de su agrupación incluía: La burgalesa de Lerma, San Nicolás de Tolentino, La dama boba, Con su pan se lo coma, El bravo don Manuel, La segunda parte de don Manuel, Mujeres y criados, El hijo del olmo, El galán Mendoza, El mejor mozo de España, San Diego [de Alcalá], San Martín, [La fábula de] Perseo y La necedad del discreto, todas de Lope de Vega; La labradora de Getafe, La humildad y la soberbia y El acertar por hierro, probablemente del mismo poeta; La fuerza de la sangre, de Guillén de Castro; y El serafín de Sevilla, El hijo del diablo, Hacer bien sin ver a quien, El reto de Zamora, El gozo en el pozo o La Samaritana y El sutil Escoto. Otras obras de su repertorio eran el auto de La locura por el alma de Lope, y el entremés Los habladores.[22]

En marzo, al finalizar las representaciones en Toledo, Pedro de Valdés se trasladó a Madrid, donde coincidió con Fernán Sánchez de Vargas. Ambos recibieron, el 8 de abril, el título de autores de comedias por dos años representaron con sus respectivas compañías en la Villa desde Pascua de Resurrección hasta el Corpus, en cuyas fiestas cada uno hizo dos autos con su entremés.

Existen referencias a los preparativos de un viaje a Lisboa de la agrupación de Valdés después de las fiestas del Corpus. De hecho el 15 de junio, Valdés y su mujer concertaban en Madrid el transporte a Lisboa de su hato, donde debía estar la compañía a principios de septiembre. Sin embargo, diez días más tarde un apoderado suyo se comprometía con los arrendadores de la Casa de las comedias de Toledo a que su compañía representaría allí desde el 8 de julio. Aunque se pospusieron estas representaciones en Toledo a mediados de agosto, no creemos que el viaje a Lisboa se hiciera. Hay documentos que atestiguan la presencia de Valdés en Madrid durante el mes de julio y principios de agosto, y por ello pensamos que la agrupación permaneció en Madrid hasta mediados de este último mes. Precisamente en Madrid, entre el 25 y el 26 de julio, fecha Amezúa una carta de Lope de Vega al duque de Sessa en la que el dramaturgo carga contra Jerónima de Burgos por haberle calumniado en una conversación con el duque:

 

Mientras Vex. estaua hablando con ella, Salbador [Ochoa] estaua dando vozes, llamandola los nombres que la ennoblecieron desde que pregonaua bizcochos en Valladolid: perdia el tal onbre el juizio de celos, porque hauia aberiguado que se echaua con [Juan de] San Martin, y prometia no yr con ella a Lisboa; con tantos donayres, vozes y desatinos, que se llegaua más auditorio que aora tienen la compañía de Pedro de Valdés con Don Gil de las calzas verdes, desatinada comedia del Mercedario [Tirso de Molina].[23]

 

Esta carta documenta la ruptura de relaciones amistosas entre Jerónima y Lope, así como el paralelo deterioro de la relación entre el poeta y la agrupación de Valdés.

La primera vez que Lope menciona a Jerónima de Burgos en sus cartas es en el verano de 1611, aunque debemos retrotraer la relación entre los dos a 1607, cuando la actriz figura como madrina de Félix Lope, el hijo del dramaturgo y Micaela de Luján. Su amistad, según se desprende del epistolario de Lope, se intensifica entre 1613 y 1614, y entra en crisis a partir del verano de 1615, cuando el afecto que los unía se torna en abierto enfrentamiento, coincidiendo con la ruptura de las relaciones laborales entre el dramaturgo y Pedro de Valdés. Una posible evidencia de esta ruptura se puede encontrar en otra de las cartas de Lope al duque de Sessa, fechada por el 15 de julio de 1615, en la que el poeta se queja de que su mecenas “se meta con Valdés sobre escritos míos, y que doña Pandorga sea tan ingrata a los diamantes, tal mal dados por mi causa”. Como ya hemos visto, no es la primera vez que Jerónima de Burgos y Pedro de Valdés, actuando éste como emisario, recurren a “príncipes” para intentar solucionar problemas que afectaban a su agrupación.

A partir de ese año, la presencia de Jerónima en las cartas de Lope disminuye drásticamente, hasta la última mención que encontramos de ella en 1628, cargada de ironía y desprecio, a pesar del tiempo transcurrido desde 1615. Así se puede apreciar un paralelismo entre el devenir de la relación entre Lope y Jerónima y la evolución de la relación profesional entre el poeta dramático y Valdés, algo que se puede demostrar si observamos la sustancial reducción de comedias del Fénix en el repertorio de la compañía de Valdés a partir del verano de 1615. Al igual que a finales de 1610 Lope empieza a escribir comedias para Valdés en detrimento de Riquelme, en 1615 empieza a escribir para Hernán Sánchez de Vargas en detrimento de la agrupación de Valdés. Curiosamente, en la compañía de Sánchez figuraba la actriz Lucía de Salcedo, más conocida como la Loca.

Por lo que se refiere a la representación en Madrid de Don Gil de las calzas verdes, su éxito aparece ensombrecido no sólo por los comentarios y críticas de Lope de Vega, sino también por la queja de Tirso de Molina en los Cigarrales de Toledo (1621), que culpa del fracaso de la comedia a una actriz, añosa y arrugada que representó el papel de la dama, hermosa y joven. Esta actriz bien podría ser Jerónima de Burgos, y la carta de Lope, que relaciona a la actriz con la comedia, podría apoyar esta identificación. Hay que añadir también que por el papel que pudo interpretar Jerónima –el de doña Juana, que a menudo se disfraza de hombre en Don Gil–, y por la muy discutible identificación que hace Luis Astrana Marín de Jerónima con una actriz apodada la Roma[24], Amezúa llega a afirmar que Jerónima “sobresalió, a lo que parece, en representar vestida de hombre”. En cualquier caso, todo apunta a que en 1615 hubo una inflexión en la carrera de Jerónima de Burgos, cuya trayectoria como actriz, si observamos con detenimiento los datos que se conservan, nunca debió ser demasiado sólida.

Existen varios testimonios que atribuyen la decadencia profesional de Jerónima a su deterioro físico. Uno de los más conocidos es un soneto de Góngora, que Donald McGrady fecha precisamente en 1615, en el que se hace burla de la decadencia física de la actriz y de la compañía de su marido, que se relaciona con la ruptura de relaciones con Lope de Vega. Pese a todo, Cristóbal Suárez de Figueroa, en su Plaza universal de todas ciencias y artes, publicada también en 1615, menciona a Jerónima de Burgos como una de las prodigiosas “mujeres en representación” que España ha tenido.

No pensamos que el comentario de Figueroa sobre la actriz sea erróneo, sino que menciona a mujeres famosas del mundo del teatro, quizás a las más conocidas en ese momento –como Micaela de Luján, antigua amante de Lope de Vega, Juana de Villalba, el colmo de la liviandad de las actrices, según Lope, y esposa del autor Baltasar de Pinedo, o María de los Ángeles, protagonista de algunos episodios escandalosos– y no a las mejores actrices.

Desde el 8 de julio hasta el 4 de agosto de 1615, Valdés acordó trabajar en el Mesón de la Fruta de Toledo donde debía representar, entre otras, las comedias El fingido genovés y El premio de la hermosura, de Lope de Vega, El Marqués del Vasto, de Luis Vélez de Guevara, Las fullerías de amor, de Gaspar de Ávila, Don Gil de las calzas verdes, de Tirso de Molina, y La samaritana.[25] Sin embargo, el autor permaneció con Jerónima en Madrid durante ese tiempo y retrasó su presencia en Toledo hasta el 19 de agosto, fecha a partir de la cual hizo veintitrés representaciones.

Perdemos el rastro de Valdés entre septiembre de 1615 y febrero de 1616. El 23 de febrero el cabildo de Sevilla realizó una votación para seleccionar a dos autores de entre los tres que habían solicitado ser los encargados de las fiestas del Corpus de ese año. Estos fueron Juan Morales Medrano, Pedro de Valdés y Pedro Llorente, y se les concedió la organización de las fiestas a los dos primeros, los más votados. El hecho de que sólo se mencione a la mujer de Juan de Morales Medrano, Jusepa Vaca, y no a la de Pedro de Valdés en la documentación conservada, junto con la ausencia de noticias sobre Jerónima de Burgos en 1616, nos hace pensar que la actriz no acompañó a su marido en su gira por tierras andaluzas.  Parece como si el traslado de la agrupación de Valdés a Sevilla para representar desde el día de Pascua de Resurrección hasta el día del Corpus, inicialmente previsto para 1615, se hubiera aplazado todo un año. También estuvo en Málaga de donde se marchó el 29 de abril, y a donde volvió en diciembre. Es posible que fuera este año o el siguiente cuando la compañía de Valdés representó Amor y celos hacen discretos, pues consta que la representó y que con ella comenzó en Sevilla la Segunda parte de comedias de Tirso de Molina, impresa en Madrid en 1635 ó 1637.[26]

Sobre el 6 de enero de 1617, la compañía de Valdés vuelve a Sevilla para representar hasta el día de Carnaval siete u ocho comedias nuevas en el corral de Doña Elvira. El 29 de enero, con ocasión de la festividad de la Inmaculada Concepción, la Universidad de Sevilla organizó un espectáculo público y gratuito en el patio interior del Colegio de Santa María de Jesús. El espectáculo comprendía la representación de una comedia, que estuvo a cargo de la agrupación de Valdés, y fuegos artificiales.[27] También sabemos que representó veintitrés comedias entre septiembre y el 3 de noviembre de ese año en el corral de la Calle de las Comedias de Córdoba.

En agosto y septiembre de 1618 Valdés se encuentra en Málaga e incorpora a su repertorio El aldeguela y Mancebón[28], comedias que Diego de Solís, vecino de Madrid, le entregó como pago de parte de una deuda. Es probable que la compañía abandonara Málaga por mar a finales de septiembre, a bordo de las galeras que habían de llevar a Barcelona al duque de Alcalá.

En 1619 la compañía se encontraba en Valencia. Parece que el 11 de febrero representó Marte y Venus en París, el 1 de julio La ilustre fregona, de Vicente Esquerdo, y el 12 de julio La mina de amor, del mismo autor. En diciembre encontramos a Pedro de Valdés en Zaragoza con Jerónima de Burgos. Desde el 19 de abril hasta el 8 de julio de 1620, su compañía puso en escena, en la Casa de la Olivera de Valencia, sesenta representaciones: el 1 de junio representaron El fuerte, animoso, sagaz y valiente Martín López de Ayvar de Vicente Ezquerdo, y en las fiestas del Corpus El soldado a merced y El hijo de la Iglesia.[29] Ese mismo año, la compañía estuvo también en Madrid donde representó una comedia el 29 de septiembre, día de San Miguel, con las actrices María de Córdoba y María de los Ángeles.

En abril de 1621 Valdés se encontraba en Valladolid. A principios de mayo, la Villa de Madrid cambió su propósito de dar las fiestas del Corpus de ese año a Alonso de Olmedo y Tomás Fernández Cabredo para poder contar con las mejores agrupaciones del momento, que a juicio de los comisarios para las fiestas eran la de Valdés y la de Cristóbal de Avendaño. El retraso con el que se produjo la contratación de las fiestas del Corpus de Madrid ese año impidió que nuestro autor obtuviera los beneficios habituales por representar desde el día de Pascua de Resurrección hasta el día del Corpus, por lo que Valdés tuvo que ser debidamente compensado con 37.500 maravedíes. Su compañía se encargó de dos de los autos, San Francisco y Triunfo de la limosna, trabajando el día del Corpus desde las dos de la tarde hasta las doce de la noche y el día siguiente, viernes, desde las seis de la mañana hasta media noche, además de representar el sábado y el domingo. Después del Corpus, todo parece indicar que Valdés permaneció en la Villa algún tiempo. En enero de 1622 su agrupación, que estaba en Madrid, representó Amor, pleito y desafío de Lope, en cuyo reparto el propio Valdés figura en el papel del criado Sancho y Jerónima en el de la criada Leonor.[30] Probablemente la compañía se trasladó a finales de febrero a Valladolid, donde representó los autos del Corpus. Desde el 5 de octubre la compañía de nuestro autor, con Jerónima de Burgos, representó varias comedias “en el cuarto de la Reina” los jueves, domingos y festivos, es decir, Los celos en el caballo de Jiménez de Enciso, La despreciada querida y La pérdida de España. Otras obras que representó ante la reina, entre el 5 de octubre y los primeros meses de 1623, fueron: A don Sancho el malo, Pleito y desafío, Las victorias del marqués de Cañete, representada en un par de ocasiones junto con la agrupación de Cristóbal de Avendaño, Hacer bien si saber a quién, y una folla de entremeses.[31] El 1 de noviembre, Valdés regresa a Valladolid.

En abril de 1623, según la documentación que conservamos, el autor y Jerónima estuvieron en Madrid, donde volvemos a encontrarlo en octubre. Sobre su actividad teatral durante ese año y el siguiente, no se conservan documentos.

En febrero de 1625, Valdés refuerza su agrupación contratando en Madrid, por dos años, a algunos representantes. En junio hizo tres “particulares” ante el rey: el 5 de junio Quien tal pensara, el 8 de junio Los infantes de Lara, y el 29 de junio Dido y Eneas.[32] Parece que hasta finales de julio continuó en Madrid y que en agosto estuvo en Pinto para representar con su compañía dos comedias, una por la mañana y otra por la tarde, con su música, baile y entremeses, con motivo de la fiesta de Nuestra Señora de Agosto. El 8 de septiembre estuvo en Paracuellos, donde su agrupación probablemente representó la comedia Las maravillas de Babilonia de Guillén de Castro.[33]

Pedro de Valdés y Lorenzo Hurtado de la Cámara, autores de comedias probablemente asociados, trasladaron su compañía desde Lisboa a Badajoz sobre marzo de 1626 para representar las fiestas del Corpus en dicha ciudad.[34] Es de suponer que esta agrupación debió de representar en Badajoz desde Pascua de Resurrección hasta el día del Corpus, como era costumbre. Después de las fiestas, durante los meses de junio y julio, Valdés continuó en Badajoz. La relación profesional entre él y Lorenzo Hurtado de la Cámara cambió en Badajoz a mediados de julio, al refundir Valdés la agrupación bajo su dirección. Lorenzo Hurtado de la Cámara se adhirió como representante a ella, y se estableció su duración hasta el día de Carnaval de 1627, pero manteniendo una posición destacada junto al autor de comedias por Su Majestad: Pedro de Valdés cobraba lo mismo que éste y le ayudaba en el desempeño de sus funciones.

La relación de Lorenzo Hurtado con Valdés nos recuerda inevitablemente a la que tuvo éste con Nicolás de los Ríos o con Antonio Granados veinte años antes. Entonces Valdés, que intentaba abrirse camino en el mundo de la representación como autor de comedias, precisaba estar bajo el nombre de uno de los grandes autores nombrados por Su Majestad. Por otra parte, Jerónima de Burgos, ausente de Badajoz, no formó parte de la nueva agrupación de su marido.[35]

Valdés representó con su compañía en Córdoba desde septiembre a noviembre de ese año, y después se trasladó a Lucena, incluyendo su repertorio comedias adquiridas al autor Antonio de Prado. Es muy probable que en 1627 volviera a Lisboa y representara en el Patio de las Arcas de la ciudad La gran comedia de la primera parte de Duarte Pacheco. La agrupación, aún con Lorenzo Hurtado de la Cámara entre sus componentes, representó en Granada en julio y en Málaga en agosto.

Ya en Madrid, en 1628, Valdés representa varias “particulares” ante Su Majestad: el 28 de marzo se ordenó el pago al autor por la representación de El hijo de las batallas de Jacinto Cordero, y Don Bueso, y el 2 de octubre por Los celos en el caballo de Jiménez de Enciso, representada el 9 de agosto. Precisamente en una carta de Lope de Vega al duque de Sessa fechada en Madrid en la primera quincena de marzo de ese año, el dramaturgo hace una cruda descripción de Jerónima de Burgos y su cónyuge:

 

El háuito de la bendita Geronima no es exemplo de la Fortuna, sino de la comedia; y la zeniza que aora trahe, del oro quemado de sus vestidos; pensado estoy lo que pareceria aquella nariz sobre picote y aquella panza con escapulario. Vi vna vez dos locos que el uno texia vna estera, y otro se la yba desaziendo. Assi fueron Geronima y su marido, pues quanto ella adquiria con los principes, perdia él con los tahures. Consolarse debe con que le ha quedado sana la campanilla despues de tantos badaxos; que con menos golpes se les ha caydo a otras hasta la torre encima.

 

Es la última ocasión en que Jerónima de Burgos aparece en el epistolario de Lope. El poeta recuerda a la actriz en franca decadencia respecto a su pasado, marcado por el lujo y la belleza. Su hábito de picote y su “panza con escapulario” denotan un profundo cambio físico de la actriz y, quizás, un aparente cambio moral. De todas formas, el “hábito de la bendita” Jerónima, según advierte Lope, es pura apariencia, ejemplo de la comedia, y no sincero arrepentimiento. Sin duda, Lope se deja llevar otra vez por su rencor hacia Jerónima y su marido, cuya compañía, no lo olvidemos, representaba ese año ante Su Majestad, como lo siguió haciendo muchos años después.

El motivo por el cual Lope vuelve a mencionar a Jerónima en su relación epistolar con el duque de Sessa, después de más de diez años, podría haber sido la aparición de la actriz en las tablas disfrazada de religiosa. Góngora ya había anunciado en su soneto, que hemos citado anteriormente, la “decadencia” física de Jerónima y la consiguiente “decadencia” económica de la pareja.

De todas formas, la crisis económica y artística sufrida por la pareja no debió de ser tan aguda como parecen sugerir los comentarios de Lope, dado que sabemos que en abril de 1629 Pedro de Valdés estuvo en Zaragoza y en junio, el día del Corpus y el sábado siguiente a la fiesta, representó con su compañía en Agreda cuatro comedias con bailes, loas y entremeses, dos en la mañana y dos por la tarde cada día. A finales de septiembre, Valdés obtuvo licencia de los Jurados de la ciudad de Zaragoza para representar con su agrupación en la Casa de las Comedias del Hospital de Nuestra Señora de Gracia.

Parece, además, que nuestro autor estuvo en Perpiñán sobre el 10 de mayo de 1632, pues con ese lugar y fecha se conserva en la Biblioteca Nacional una copia manuscrita de Pedro de Valdés de La puerta Macarena de Montalbán. Dos meses más tarde, en julio, fundó la Cofradía de Nuestra Señora de la Novena junto con otros autores de comedias. Respecto a Jerónima de Burgos, sabemos que el 24 de diciembre de ese mismo año cobró, en calidad de “autora de comedias”, cobró una representación que hizo a Su Majestad, de Los milagros del desprecio de Lope de Vega.

El hecho de que Jerónima figure como autora de comedias y no como esposa de Pedro de Valdés, autor de comedias, parece indicar un progresivo protagonismo de la actriz al frente de la compañía de su marido. Algunas mujeres de autores de comedias solían asumir, de hecho, la función de su cónyuge dentro de las compañías cuando quedaban viudas. Pero a Jerónima la vemos actuando como autora antes del fallecimiento del viejo Pedro de Valdés (entonces con sesenta y cuatro años) y en su ausencia. Lo cierto es que la actriz nunca fue ajena a las tareas de dirección que desempeñó Valdés, pues de alguna forma siempre colaboró en ellas por medio de sus relaciones amistosas, y contribuyó a incrementar la reputación profesional de su marido y los beneficios de su compañía, aunque el autor oficial de la misma siempre fue este último mientras siguió con vida.

En 1634 Pedro de Valdés continuaba con la actividad teatral en calidad de autor de comedias, puesto que Jerónima entregó una limosna procedente de la caja de la compañía de su esposo. Entre enero y agosto de ese año, la compañía de Valdés representó en el Corral de Segovia, según consta en los libros de contabilidad del Hospital de la Misericordia de dicha ciudad. En marzo de 1635, Valdés volvió a sentar compañía por un año, y en febrero de 1636 siguió contratando actores por el mismo tiempo. Prueba de su actividad teatral en 1636 es la entrega de una limosna procedente de su agrupación a la Cofradía de la que fue fundador.

El 30 de abril de 1637, en Madrid, Valdés, como autor de comedias, y Jerónima actuaron como albaceas y testamentarios de la actriz Ana Coronel.[36] En diciembre de 1638, siempre en Madrid, actuó como testigo de un concierto entre Pedro de Linares, representante de la compañía de Luis López de Sustaete, y unos carreteros para transportar el hato y las personas de dicha agrupación desde Guadalajara a Cuenca. No sería de extrañar que Pedro de Valdés, con setenta años cumplidos, no tuviera en 1638 compañía propia. Es posible, sin embargo, que continuara vinculado al mundo de la representación, quizás asociado a un autor más joven que él, como es el caso de Luis López de Sustaete.

Desde el 28 de mayo hasta el 26 de junio de 1639, la agrupación de “Valdés y los tres hermanos” representó en Segovia. Creemos que el apelativo “los tres hermanos” hace referencia a Pedro de Cobaleda, Francisco Álvarez de Vitoria y Francisco Vélez de Guevara, tres representantes que, en Madrid, se embarcaron el 30 de marzo de 1639 en la aventura de formar una compañía de representantes durante un año, hasta el Carnaval de 1640. En pocos días, los tres contrataron a los miembros de su agrupación y el 10 de abril, todavía en Madrid, los “autores de comedias que tienen su compañía junta” se comprometieron a ir a Segovia diez días antes del Corpus a representar en dicha fiesta dos autos por la mañana, con sus loas, bailes y entremeses, que fueron Las pruebas del hombre y La Concepción, y por la tarde debían hacer dos representaciones.[37]

No sería de extrañar que “los tres hermanos” recurrieran al viejo Valdés, a su experiencia, prestigio y relaciones profesionales, a su hato y repertorio, para impulsar una compañía recién formada, aunque de ello no se conserven más pruebas.

Si aceptamos la hipótesis de la asociación de Pedro de Valdés con los tres autores, debemos suponer que este mismo autor les acompañó en la intensa gira que iniciaron pocos días después de formar su agrupación: abandonaron Madrid a mediados de abril para llegar a Ávila el jueves santo, 21 de abril; después, estuvieron en Segovia desde finales de mayo hasta el 26 de junio; de Segovia se fueron a Valladolid, donde estuvieron a principios de julio; de Valladolid se marcharon para llegar a Burgos el miércoles 6 de julio por la mañana; y finalmente volvieron a Madrid a primeros de septiembre de ese año para representar en el Corral del Príncipe. Además, entre 1639 y 1640, esta compañía representó cinco “particulares” ante la reina.[38]

Las honras de Valdés constan en el Libro de la Hacienda de la Cofradía de la Novena en 1640, y se indica que murió en Córdoba.

Pedro de Cobaleda, Francisco Álvarez de Vitoria y Francisco Vélez de Guevara abandonaron Madrid a finales de ese año y pasaron por Córdoba,[39] donde precisamente muere nuestro autor. Este hecho nos hace pensar que la relación de Pedro de Valdés con los tres autores pudo ir más allá del Carnaval de 1640.

Es decir, Pedro de Valdés murió a los setenta y dos años, lejos de Madrid o Valladolid, ciudades de las que era residente habitual y vecino respectivamente, y por lo que parece, sin haberse retirado de la actividad teatral. De confirmarse estos datos sobre los últimos años de Valdés, representarían una aportación importante a la hora de establecer la carrera profesional de este autor, que no se podría dar por concluida en 1638, como se ha creído hasta hoy, sino que se prolongaría hasta su fallecimiento.

Jerónima de Burgos debió de acompañar a su marido en estos últimos años, y su salud se quebró gravemente al mismo tiempo que la de Pedro, o poco tiempo después de su muerte. Entre enero y marzo de 1641 recibió una limosna de la Cofradía de la Novena, según consta en su Libro de las Cuentas. El 3 de marzo de 1641, ya viuda y enferma, hizo su testamento, instituyendo como única y universal heredera “a mi alma y al alma del dicho Pedro de Valdés, mi marido, para que todo lo que fuere se gaste y distribuya en misas y sufragios por ellas, y en obras pías”. Pocos días después, el 27 de marzo, murió en la calle de Cantarranas, habiendo recibido los Santos Sacramentos. Fue enterrada por la Cofradía de Nuestra Señora de la Novena con el hábito de San Francisco en la parroquia de San Sebastián de Madrid.

 

Jerónima de Burgos ha pasado a la historia fundamentalmente como una de las amantes de Lope de Vega. A ello contribuyó, esencialmente, la biografía novelada que de la actriz elaboró Agustín González de Amezúa en la Introducción a su edición del Epistolario de Lope de Vega Carpio, y que ha completado más recientemente Donald McGrady. Si por el contenido de las cartas se puede detectar la relación íntima que el Fénix mantuvo con la actriz, de las mismas no se puede determinar, con certeza, el grado o la intensidad de esta relación. Lo que sí se desprende del epistolario de Lope es una evolución en el tipo de la relación que mantuvieron el poeta y la actriz, que queda reflejada en los diferentes apodos, elogiosos o despectivos –Gerarda, la amiga del buen nombre, doña Pandorga– que Lope, según el momento y empujado por los sentimientos, atribuyó a la mujer. A nosotros nos ha interesado más seguir las huellas profesionales de la actriz y de la ocasional empresaria, que tan decisivamente contribuyó a levantar y mantener el negocio artístico del que su marido era el titular.

 

 

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* Este artículo fue publicado en 1998 en la revista diablotexto, 4-5. La versión en línea que aquí presentamos ha sido revisada (© 2008 Midesa s.r.l.).

[1] Para la confección de este trabajo hemos contado con la ayuda del Diccionario biográfico de actores del teatro clásico español, proyecto financiado por la DGICYTC (ref. PB94-1005) que dirige la Dra. Teresa Ferrer Valls de la Universitat de València y de cuyo equipo ambos formamos parte.

[2] Las actrices casadas debían acompañar al marido en las compañías, tal como se establecía en los Reglamentos de 1615: “Que los Autores y Representantes casados traigan consigo a sus mugeres”. Aunque no conste nada parecido en los Reglamentos de 1608, parece que la misma obligación existía desde 1587, año en que se permite a Los Confidentes italianos que representen con sus mujeres: “Dase licencia para que pueda representar Angela Salomona y Angela Martinelli las quales consta por certificación del Sr. Alcalde Brauo ser mugeres casadas y traer consigo sus maridos”.

[3] Si comparamos el sueldo de Pedro de Valdés y Jerónima de Burgos con el que se asigna a otros miembros de la misma compañía, veremos que está más próximo al de actores menos reconocidos, como Pedro de Ocaña y su mujer, Agustina de Vega, que también cobrarían 10 reales, que al de Diego Díaz y su mujer, Micaela de Luján, que cobrarían 16 reales. Micaela, sin lugar a dudas, representaría en dicha agrupación las primeras damas.

[4] Resulta verosímil que Jerónima estuviera casada con Pedro de Valdés a los catorce años, o incluso antes. No sería el primer caso. De hecho, Manuela de Escamilla “casó con Miguel Dieste teniendo treze años, de quien tuvo un hixo que se llama Miguel de Escamilla, y solo viuio su marido año y medio”.

[5] No es probable que Jerónima representara primeras damas, o papeles de relevancia, en la compañía de Jerónimo Velázquez, pues en ella estaban al mismo tiempo Miguel Ruiz y Pedro Rodríguez y, con ellos, aunque no aparezcan explícitamente mencionadas en los documentos que conservamos, sus mujeres, la famosa actriz Ana Martínez o Ruiz, la Baltasara, y María Flores, ya presentes en la misma agrupación junto con sus respectivos maridos en 1590.

[6] Por el contenido del documento, no parece que Valdés estuviera en diciembre en la compañía de Villalba. Como la deuda corresponde a una escritura del mes anterior, es posible que Valdés hubiera tenido alguna relación con ese autor por esas fechas, incluso que hubiera pasado de la agrupación de Jerónimo Velázquez a la de Melchor de Villalba, en algún momento del verano u otoño de 1596, aunque en diciembre ya no estuviera con él.

[7] Amezúa se sorprende de esa cláusula, “porque no todas las farsantas eran de tan fácil acomodo”, pues “pasado el noviciado [de la profesión] crecían sus ínfulas y pretensiones” y solían imponer condiciones en sus contratos según su jerarquía.

[8] A esa agrupación perteneció la comedia La corona merecida de Lope de Vega, escrita en 1603. Aunque no sabemos cuándo la compañía la estrenó, su manuscrito, conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid, incluye un reparto que confirma el dato, pues la mayoría de los actores que en él aparecen formaban parte de la agrupación de Granados y Valdés por estas fechas. La actriz Jerónima que aparece en el reparto, y que en la comedia representa el papel principal de Doña Sol, ha sido identificada por Montesinos con Jerónima de Burgos.

[9] En el autógrafo de El cordobés valeroso Pedro Carbonero, firmado por Lope de Vega el 26 de agosto en Ocaña –que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, y que sabemos estaba por esas fechas en el repertorio de la compañía de Granados-Valdés–, consta una licencia, fechada el 17 de diciembre de 1603 en Zaragoza, para que Antonio Granados pudiese representar la citada comedia.

[10] En la Biblioteca Nacional también se conservan los manuscritos de las comedias El príncipe despeñado y Carlos V en Francia de Lope de Vega, representadas por Granados en Valladolid en julio de ese año.

[11] Sobre la relación entre Jerónima de Burgos y Lope de Vega, puede verse ahora, M. De Salvo, “Notas sobre Lope de Vega y Jerónima de Burgos: un estado de la cuestión”, Homenaje a Luis Quirante, Cuadernos de Filología, Anejo L (2003), 2 vols., tomo I, pp. 141-56.

[12] Sánchez Arjona y Rennert, que recogen la noticia anterior, la atribuyen a Andrés de Heredia, pero es más probable que se refiera a Alonso de Heredia, pues Andrés era representante de la agrupación de Nicolás de los Ríos en 1606 y 1609.

[13] El manuscrito que se ha conservado del auto, está fechado en Sevilla el 7 de mayo de ese año, y en el mismo consta que era para Valdés; resulta difícil saber quién es su autor por estar tachada la firma con posteridad.

[14] Reyes Peña y Bolaños Donoso, a partir de la conjetura hecha por Agustín de la Granja, afirman que la actriz pertenecía a la compañía de ese autor. Siguiendo la ruta teatral de Riquelme en este período, y ojeando su repertorio, vemos que aparece en el reparto de La buena guarda o Encomienda bien guardada, de Lope de Vega, una actriz llamada Jerónima que desempeña dos papeles secundarios. Por esa presencia, o por la hipótesis antes mencionada, se ha creído que la Jerónima del reparto es Jerónima de Burgos, aunque no existe ningún otro dato que lo demuestre.

[15] En nuestra opinión, la utilización del plural de Jerónima de Burgos podría servir para denotar burlescamente, en otras personas de palacio, cualidades o manera de ser de la actriz.

[16] Biblioteca de Palacio, correspondencia de Don Diego de Acuña, conde de Gondomar, Ms. núm. 2.124, folio 154. Amezúa interpreta esta carta como un testimonio de que Pedro de Valdés era el sumiso mandatario de las resoluciones de Jerónima.

[17] Amezúa llega a insinuar que Lope pudo regalar entonces a Jerónima de Burgos el autógrafo de su comedia La dama boba, cuyo último acto está datado en Madrid, el 28 de abril de 1613, en pago por el hospedaje, o que esa misma obra pudo ser la ensayada por las damas de palacio para representar en Ventosilla, y entre ellas Jerónima de Burgos se encargaría del papel de Nise. Nos parece extraño que Lope regalara la comedia a Jerónima de Burgos, e imposible que fuera la obra de aparato que se preparaba para Ventosilla: lo más probable es que se tratara de La fábula de Perseo, pues Lope indica en la misma carta que se preparaban “dragones y serpientes para este teatro”, o sea, para una comedia de aparato y no de enredo.

[18] Sobre el reparto y la fecha de estreno de esta comedia, véase M. De Salvo, “Sobre el reparto de La dama boba de Lope de Vega”, Voz y letra, XI/1 (2000), pp. 69-91.

[19] Así se lo cuenta Lope al duque de Sessa en una carta que Amezúa fecha la primera quincena de abril. Nos parece más probable que la fecha de la carta sea un poco posterior, pues no es hasta el 14 de mayo cuando el Ayuntamiento de Madrid, atendiendo a la quejas de Pinedo, acuerda que se le den al autor “docientos ducados de ayuda de costa para ayudar al gasto y daño, que se le a seguido por auer mandado a Maria de los Angeles y Mariana de Erbias no representen en su compañía y auersela deshecho, y auer de hacerla aora de nuebo para la fiesta del Santisimo Sacramento que tiene a su cargo; y la gran perdida que se le sigue por no representar todos estos dias por esta causa, los quales se le paguen de las sisas”.

[20] Podemos establecer la gira de la agrupación con tanta precisión por el documento en que  Valdés alquilaba los coches de camino y mulas que necesitaba para los viajes. Esta ajustadísima gira disgustó a los responsables del Corpus de Toledo, quienes temían que Valdés iba a incumplir lo acordado, y el mismo día de la octava requirieron al autor para que se presentara con su compañía “luego incontinente a la santa iglesia a hacer su representación conforme a su escritura”. Parece que esos temores carecían de fundamento, pues Valdés estaba presto para hacer las fiestas sobre las doce de la mañana el día de la octava, y el hato y todas las demás cosas pertenecientes a la fiesta ya estaban dentro de la iglesia.

[21] San Román recuerda que Cotarelo atribuye Don Pedro Miago a Luis Vélez de Guevara, e identifica Las montañesas de Asturias con La montañesa famosa, o La amistad pagada, de Lope de Vega. Advierte, además, que Todo es fácil a quien ama es una obra perdida de Lope que aparece citada en su Loa sacramental de los títulos de comedias, y destaca las distintas escrituras del autógrafo de Cuando acá nos vino, una correspondiente a Lope de Vega y otra a Pedro de Valdés, descartando así la colaboración en esta comedia de Fray Alonso Remón que el propio San Román inicialmente había propuesto.

[22] San Román identifica estas tres comedias con La villana de Getafe, Triunfo de la humildad  y soberbia abatida y Acertar errando e El embajador fingido de Lope de Vega. La segunda comedia, La humildad y la soberbia, debía de estar en el repertorio de Valdés desde hacía tiempo, pues en marzo de 1615 permite a los mayordomos del Corpus de Ajofrín que saquen una copia de ella para poder representarla en sus fiestas. El auto La locura por el alma es una transformación a lo divino de la comedia La locura por la honra de Lope, y el entremés, atribuido sin fundamento a Cervantes, según San Román, probablemente también es del mismo poeta.

[23] En esta carta aparece una referencia al posible viaje a Lisboa que antes mencionábamos. Por otra parte, sabemos que Salvador Ochoa, vecino de Murcia, y Juan de San Martín, vecino de Oviedo, habían firmado el 26 de enero en Toledo su pertenencia por dos años a la compañía de Valdés.   

[24] Astrana Marín, al referirse al romance Efectos de amor y celos, de Francisco de Quevedo, introdujo en nota la siguiente afirmación de González de Salas: “Este romance se escribió para loa de una comedianta a quien llamaban la Roma, en hábito de hombre”, y dio por cierto que tal actriz era Jerónima de Burgos. Pensamos que Astrana Marín se basa en que la comedia Amor y celos hacen discretos de Tirso de Molina, con la que el romance está vinculado, fue estrenada por la compañía de Pedro de Valdés. Para corroborar dicha identificación, Amezúa hasta llega a atribuir ciertos rasgos físicos a la actriz.

[25] San Román identifica El fingido genovés con El genovés liberal de Lope de Vega; El premio de la hermosura, por otra parte, la escribió Lope para las fiestas de Lerma de 1614.

[26] Sánchez Arjona piensa que Valdés también representó entonces las comedias Quien habló, pagó y Adversa fortuna de Don Alvaro de Luna de Tirso de Molina. Aunque no se sabe si estas representaciones tuvieron lugar en Sevilla, la hipótesis le sirve a Sánchez Arjona para argumentar la estancia de Tirso en Sevilla.

[27] “Sábado, después de vísperas, la compañía de Valdés representó una comedia de historia humana, con bailes honestos y entremeses graciosos. Estaba a un lado del patio principal de escuelas de teatro, con gran deposición fabricado en cuadro. La gente fue más de la que pudo caber en el patio y corredores de escuelas altos y bajos, de toda suerte, títulos y señoras, con toda la demás nobleza, y gente docta y religiosa. Acabada la representación, que fue a las ave marías, se dio principio a los fuegos, que se encendieron en la plaza que estaba toda cercada de muchos barriles de brea que, encendidos, hacían de la noche un claro día”.

[28] En La Biblioteca Nacional de Madrid hay una comedia, atribuida a Francisco de Villegas y fechada en 1623, con el título El hijo de la molinera y el gran prior de Castilla. En la misma Biblioteca se conserva una comedia suelta titulada Más mal hay en la aldehuela de lo que se suena atribuida a Lope de Vega. Medel del Castillo atribuye la obra titulada Mancebón a Juan Vélez, haciéndola coincidir con El mancebón de los palacios, comedia del mismo autor.

[29] Según Mérimée, el contrato de Pedro de Valdés para estas fiestas era prácticamente idéntico al de Bartolomé de Morales de 1611, según el cual los ensayos empezaban cuatro días antes de la fiesta en “la casa de les roques” sin derecho a una remuneración especial. La compañía se dividía en dos grupos, y mientras el primero representaba a mediodía en la plaza de la Catedral, delante de los “Jurats”, una obra que luego repetía en la calle Caballeros, delante del palacio de la Diputación, ante el virrey, el segundo grupo representaba ante los “Jurats” la otra y la repetía a su vez ante el virrey. Después de cada acto había un entremés, música de guitarra y una danza, para lo cual, si hacía falta, la ciudad ponía a disposición de los comediantes sus músicos.

[30] El manuscrito de la comedia, fechado y firmado en Madrid el 23 de noviembre de 1621, se conserva en la Biblioteca Nacional, y contiene una censura fechada en Madrid el 14 de enero de 1622.

[31] Shergold y Varey identifican Las victorias del marqués de Cañete con Algunas hazañas de las muchas de Don García Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, de varios autores e impresa en Madrid en 1622. A pesar del extenso período que se fija para la representación de estas comedias, es muy probable, por los datos que conservamos, que la mayoría se realizara en el mes de octubre, aunque esto no conste explícitamente. En todo caso, ni Valdés ni Avendaño se encontraban en Madrid en el mes de noviembre.

[32] Rennert relaciona Los infantes de Lara con la Tragedia de los siete infantes de Lara de Juan de la Cueva, y con El bastardo Mudarra de Lope, comedias que tratan del mismo asunto. Por otra parte, atribuye Dido y Eneas a Guillén de Castro, aunque recuerda que existe una obra de Álvaro Cubillo titulada Elisa Dido, reina de Cartago.

[33] Tanto Rennert como Pérez Pastor atribuyen la comedia a Guillén de Castro. En la carta de pago y obligación por la que adquirió Valdés la comedia, fechada en Madrid el 21 de julio, se comprometía a no representarla hasta el 8 de septiembre en Paracuellos, y a no hacerlo tampoco a una legua en torno a Cobeña. La comedia, comprada por el autor por 460 reales a un vecino de Cobeña, parece que había sido representada con anterioridad en dicha localidad.

[34] La presencia de Valdés en Lisboa antes de junio de 1626 queda atestiguada, además, por dos cartas de pago relacionadas con él y con los miembros de su compañía.

[35] Entre las cláusulas referidas al transporte de los representantes que incluye la escritura de formación de la compañía, se contempla la posibilidad de que Valdés fuera acompañado por su mujer.

[36] Agradecemos al Dr. Charles Davis la noticia sobre este testamento, aún inédito, que se halla en el Archivo de Protocolos de Madrid: Juan García de Albertos, 1637, protocolo 5.576, folios 349r.-350v.

[37] Puede que los autos mencionados sean, según Pérez Pastor, las obras tituladas Pruebas del linaje humano y encomienda del hombre y Concepción de Nuestra Señora, de Lope de Vega.

[38] Consta un poder otorgado en Madrid el 13 de diciembre de 1640 por Francisco Vélez de Guevara, Pedro de Cobalera y Francisco Álvarez de Vitoria a Luis Bernardo de Bobadilla para que cobrara, en nombre de los tres, cinco particulares que debían a su agrupación de 1633 [sic, por “1639”] y del presente año, y que sumaban 1.000 reales de vellón, según la reina ordenó pagar.

[39] Consta un concierto de Pedro de Cobaleda, Francisco Álvarez de Vitoria y Francisco Vélez de Guevara, fechado en Madrid el 6 de diciembre de 1640, de ir con su compañía a Sevilla, saliendo de Madrid el día 11 diciembre y llegando a Sevilla el 23 de ese mes. En mes y día indeterminados de 1641, Francisco Vélez de Guevara y Francisco Álvarez de Vitoria, vecinos de Madrid, pasaron por Córdoba.